Una nueva investigación realizada por psicólogos de la Universidad de Kent ha demostrado por primera vez que una decisión de expresar disgusto o enojo depende de los motivos que una persona busca comunicar.
Estudios anteriores han sugerido que la emoción del asco evolucionó originalmente para proteger a las personas de enfermedades infecciosas; las personas generalmente no comen carne podrida, que se arrastra con gusanos, porque se sienten disgustados por la perspectiva.
Pero el asco también se asocia con la inmoralidad y los investigadores de la Facultad de Psicología de la Universidad se propusieron establecer por qué esto debería ser, dados sus orígenes dispares en la prevención de enfermedades.
Una respuesta destacada ha sido que las personas están disgustadas por actos inmorales que conducen a sentimientos de contaminación o impureza, pero este punto de vista es difícil de conciliar con la observación de que las personas también dicen que están disgustadas por actos como el robo, la intimidación o el engaño.
Los investigadores de Kent, Tom Kupfer y el profesor Roger Giner-Sorolla, establecieron que el papel del asco en la moralidad no se explica totalmente por lo que sienten las personas cuando expresan asco en respuesta a un comportamiento inmoral, sino también por lo que buscan comunicar.
En dos experimentos, se pidió a los participantes del estudio que consideraran diferentes escenarios en los que una persona expresaba enojo o disgusto. Luego se les preguntó sobre lo que pensaban que motivaba a la persona que expresaba cada emoción.
Los resultados mostraron que una persona que expresa disgusto se considera motivada más por preocupaciones imparciales y morales, mientras que una persona que expresa enojo hacia el mismo acto inmoral tiene más probabilidades de estar motivada por su propio interés.
Por lo tanto, una expresión de disgusto le indica a un observador información diferente de una expresión de enojo. Quizás, entonces, las personas expresan asco en lugar de enojo cuando quieren demostrar que están motivadas por preocupaciones morales.
Otros dos experimentos confirmaron esto: los propios participantes tenían más probabilidades de elegir expresar disgusto cuando su objetivo era mostrar que su condena de un acto tenía una motivación moral, mientras que optaban por expresar enojo cuando trataban de protestar porque el acto perjudicabaintereses propios
Los resultados sugieren que el asco no es solo una expresión de un sentimiento interno, como náuseas o contaminación, sino una señal que anuncia una posición moral.
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Materiales proporcionado por Universidad de Kent . Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.
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