La caza y el sacrificio de animales salvajes en África occidental y central pueden poner a los humanos en riesgo de contraer infecciones zoonóticas, incluidos el virus del Ébola y el virus de Lassa. Si bien estudios anteriores han sugerido que este comportamiento de caza arriesgado se limita principalmente a los machos adultos, aparece un nuevo estudioen PLOS enfermedades tropicales desatendidas descubre que también participan mujeres y niños.
Se sabe que factores sociales y económicos complejos influyen en las actividades de caza en el África subsahariana. Dado que el contacto con las secreciones y fluidos de los animales puede ocurrir a través de mordeduras, rasguños y manipulación de órganos durante la caza, el sacrificio y la cocción de animales salvajes, los científicos han trabajadopara comprender quién está involucrado en estos comportamientos y cómo educarlos para minimizar los riesgos. Las intervenciones anteriores se han centrado principalmente en hombres adultos.
En el nuevo trabajo, Jesse Bonwitt, de la Universidad de Durham, Reino Unido, y colegas del Reino Unido y Sierra Leona, llevaron a cabo un estudio que incluyó 4 meses de trabajo de campo en Sierra Leona, incluyendo 47 entrevistas, 12 grupos focales,13 ensayos escolares y observación continua de los participantes, para comprender las interacciones entre humanos y animales en el área. Su investigación se llevó a cabo tanto en Bo City, la segunda ciudad más grande del país, como en tres aldeas rurales fuera de Bo City yseis aldeas más aisladas.El 70 por ciento de los entrevistados eran hombres y el 30 por ciento mujeres. Los niños participaron en el estudio a través de la observación participante.
Los investigadores descubrieron que las técnicas de caza utilizadas en las aldeas incluían cacerías comunales e individuales. Los cazadores dependían de redes, trampas, trampas, armas y perros. Las descripciones de las cacerías comunales incluían la forma en que los niños participaban, así como la forma en que las mujeres jugabanpapel, por ejemplo, ayudar a arrojar oraciones a las redes, por ejemplo. Los niños a menudo comenzaron a cazar solos y en grupos alrededor de los 7 años, y estaban motivados para hacerlo debido a la presión de su familia y la falta de acceso a otros alimentos, los investigadoresLos cadáveres de animales siempre se manejaban con las manos desnudas, y tanto hombres, mujeres y niños estaban involucrados en la preparación y cocción de carne, en un incendio. Las razones para cazar eran complejas e incluían la necesidad de alimentos, protección de cultivos, ingresos yimportancia social.
La nueva investigación "subraya los desafíos de las intervenciones, la vigilancia, la investigación y las campañas de sensibilización", dicen los investigadores. "Para abordar esa complejidad, las estrategias de intervención deberían ser más diversificadas y específicas del contexto". En particular, el papel delos niños deben ser reconocidos; las estrategias de intervención específicas deben adaptarse a las prácticas específicas de caza de los niños "
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Materiales proporcionados por PLOS . Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.
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