Alrededor de 3.000 adictos a la heroína actualmente reciben opioides como metadona, buprenorfina o morfina como parte de su tratamiento en el Cantón de Zúrich. El número de estos llamados tratamientos de sustitución se ha mantenido constante desde su introducción en la década de 1990. Cursos a largo plazoLa terapia con metadona u otros opiáceos evidentemente reduce el consumo de drogas ilegales entre los pacientes adictos a la heroína. Aunque el comienzo de este tipo de tratamiento también conduce a una reducción en el consumo de alcohol, más pacientes beben alcohol con más frecuencia hoy que en décadas anteriores.Esto se muestra en un nuevo estudio a largo plazo realizado por investigadores del Hospital Psiquiátrico Universitario y la Universidad de Zúrich.
Consumo de heroína y cocaína reducido notablemente
El estudio incluye datos sobre casi 9,000 pacientes con adicción a la heroína que se sometieron a una terapia de sustitución en el Cantón de Zurich entre 1998 y 2014. Ya consumían menos heroína o cocaína de manera sostenible, y algo menos de alcohol, desde el comienzo del tratamiento.Además, la proporción de pacientes que consumieron heroína con frecuencia al menos cinco días por semana más de la mitad durante el período de estudio de 17 años del 14,4 al seis por ciento, y el número de consumidores frecuentes de cocaína se redujo del 8,5 al 4,9 por ciento.Los resultados también demuestran que la disminución en el consumo de heroína fue de la mano de una mejor situación social para los pacientes.
Casi uno de cada cuatro consume alcohol con frecuencia
"El consumo de alcohol, por otro lado", explica Marcus Herdener, jefe de estudio y médico jefe del Hospital Psiquiátrico de la Universidad, "aumentó durante el período de estudio". Hacia el final del estudio, casi uno de cada cuatro pacientes 22.5% consumía alcohol con frecuencia. "Parece reflejar una tendencia general de que este grupo de pacientes bebe más alcohol", dice Herdener. Como las infecciones hepáticas como la hepatitis B y C también son comunes entre las personas con adicción a los opioides, el consumo frecuente de alcohol pone en grave peligro la saludde estos pacientes que envejecen.
Según otros estudios, un número cada vez mayor de personas dependientes de opioides mueren a causa de una enfermedad hepática. Los resultados del estudio de Zurich son significativos: "Revelan que todavía existe una gran necesidad terapéutica de tratamiento con respecto al consumo frecuente de alcohol".Herdener concluye.
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Materiales proporcionado por Universidad de Zurich . Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.
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