El Capitán Charles Moore presentó al mundo el "Gran Parche de Basura del Pacífico" a mediados de la década de 1990. Desde entonces, los científicos, el público y los encargados de formular políticas han mostrado un interés creciente por los desechos plásticos en el medio ambiente.Número de julio de la revista Society of Environmental Toxicology and Chemistry, Toxicología ambiental y química , describe la investigación actual, identifica las brechas en la investigación de desechos plásticos y revisa parte del peso de la evidencia con respecto a la contaminación, el destino y los efectos del material.
El interés del público en los problemas y los impactos económicos de los desechos plásticos ha llevado a un aumento de la actividad tanto de los científicos como de los responsables políticos.
En las últimas décadas, los científicos han generado pruebas sustanciales sobre la contaminación generalizada de los desechos plásticos. No solo es una monstruosidad que puede perturbar el turismo local y la pesca: los desechos plásticos pueden dañar o incluso matar a un organismo por enredos, ingestión o asfixia.Los científicos pudieron cuantificar la cantidad de escombros en los giros de plástico, mostrando contaminación en todos los océanos, lo que llevó a la prohibición de descargar la basura al mar.
Los efectos de los microplásticos y los nanoplásticos son menos obvios y, por lo tanto, gran parte de la investigación relacionada todavía está en pañales. Más recientemente, los estudios sobre microperlas en productos para el cuidado personal y partículas de fibra de textiles que lavan los desagües domésticos han generado preocupación entre losLas prohibiciones de los microplásticos en productos para el cuidado personal ya se han introducido en los EE. UU., la UE, Canadá y Australia, aun cuando no se conoce completamente el efecto químico y biológico en los organismos individuales.
Otros ejemplos de cómo la ciencia ya se ha utilizado para informar el cambio y la mitigación de políticas incluyen la legislación que prohíbe o grava las bolsas de plástico livianas de un solo uso en tiendas en partes de América del Norte y del Sur, África, Europa, Asia y Australia. En otros casosexisten alternativas más seguras y están al alcance, como las pajuelas de papel encerado que pueden eliminar la ráfaga de pajitas de plástico que llegan a nuestro entorno todos los días. Además, las mejores prácticas de gestión, el apoyo de las economías circulares y las campañas de sensibilización pública están en marcha en todo el mundo.
A medida que la nueva comprensión científica genera nuevas preguntas, los científicos están trabajando para llenar los vacíos de datos sobre el destino y los efectos de los desechos plásticos y los mecanismos que impulsan estos procesos. Al mismo tiempo, los responsables políticos pueden seguir aplicando un cambio positivo al abordar la mala gestión y determinar las ubicacionesdonde la mitigación puede ser más crítica y decidir qué legislación sobre prohibiciones de productos o gestión de residuos puede ser más efectiva.
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Materiales proporcionados por Sociedad de Toxicología y Química Ambiental . Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.
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