La roca volcánica encontrada en el sur de León experimentó una rotación de casi 60º 300 millones de años atrás, un ejemplo de lo que pudo haber ocurrido en toda la Península Ibérica cuando, en ese momento, todavía se estaba formando. Este hecho se demuestrapor las señales magnéticas de sus minerales, actualmente analizadas por investigadores de las universidades de Salamanca y Utrecht Países Bajos. Este descubrimiento mejora nuestra comprensión de una cordillera ahora desaparecida que se alzaba sobre lo que ahora es el noroeste de España, Francia,y el sur del Reino Unido.
Los bañistas que se reúnen cada verano en las orillas de los ríos de las cadenas montañosas de La Cabrera y El Teleno en León tienen pocas razones para sospechar que las rocas que pueden ver cerca del agua son de origen volcánico, hace más de 460 millones de añosviejo, cuando una emergente península ibérica todavía estaba en la costa del continente de Gondwana, en la costa del océano Rheico.
Hace unos 350 millones de años, ese antiguo océano se cerró durante la formación del supercontinente Pangea, y los sedimentos depositados en él se convirtieron en una gran cadena montañosa que más tarde adquirió una forma curva, convirtiéndose en parte de lo que hoy es la Península Ibérica, alrededor de 300 milloneshace años que.
Ahora los científicos de la Universidad de Salamanca han recolectado, en las ciudades leonesas ubicadas entre Truchas y Ponferrada, 320 muestras de roca volcánica y piedra caliza, un registro de ese período turbulento y volcánico de la historia de nuestro planeta.
Después de analizar las muestras en uno de los laboratorios de paleomagnetismo más importantes del mundo, ubicado en la Universidad de Utrecht Países Bajos, han podido reconstruir la historia de estas rocas antiguas basándose en la señal magnética de su contenido mineral.Los resultados han sido publicados en la revista 'Tectonophysics'.
"Estas rocas fueron depositadas en el fondo del océano hace 440 millones de años cerca del polo sur, y sus componentes estaban orientados en la dirección del campo magnético de la Tierra en ese momento NS", explica Javier Fernández Lozano, un geólogo en elUniversidad de Salamanca y coautora de la investigación.
Aproximadamente 120 millones de años después, se produjo la colisión de dos continentes, entre lo que ahora es el Norte y el Sur de Europa. El resultado de esta colisión fue lo que se conoce como la orogenia varisca, la elevación de una cadena montañosa a lo largo del Norte-Eje sur, que dejó a las rocas con una señal magnética secundaria, adaptada al nuevo campo magnético de la Tierra.
Los cambios en la dirección de ese campo magnético se conservaron en sus minerales, e indican que poco después de ese proceso, las rocas de estas montañas experimentaron una rotación de casi 60º, hasta que terminaron con su orientación actual ", señala FernándezLozano.
Señala que esta señal magnética se puede asociar con procesos a gran escala de formación de montañas, y cómo estos rangos se pueden curvar hasta crear estructuras conocidas como oroclinas: "Con una muestra de roca, podemos analizar un proceso que ha ocurridoen el nivel de la placa tectónica y, específicamente, ofrece nuevos datos que nos permiten descubrir cómo se produjo esta orogenia o gran rango de Variscan y su curvatura. Esta información se conservó en las rocas de las Islas Británicas, Francia y el noroeste de España,a lo largo de más de 3.000 kilómetros.
Este estudio forma parte de un problema geológico muy debatido: la oroclina cantábrica, un tema que hace unos años reunió a especialistas en un congreso internacional celebrado en Salamanca. Una oroclina es la curvatura de una cadena o cadena de montañas que fueoriginalmente lineal, y la oroclina cántabra es reconocible 300 millones de años después en la geografía de la Península Ibérica y sus alrededores.
Concretamente, se puede observar el arco formado por la cordillera Cantábrica hasta que desaparece en la plataforma continental, y la curvatura que continúa hacia la Cordillera Ibérica. Fernández Lozano señala que la nueva investigación "va más allá de los esfuerzos anteriores, principalmente enfocados en Asturias, para entender esta oroclina, y ahora podemos encontrar sus huellas más al sur, en la frontera entre León y Zamora ".
"Gracias a estudios como este, podemos continuar proporcionando información sobre las causas y los procesos que dieron origen a las cadenas montañosas curvas después de la colisión entre dos continentes", concluye el geólogo.
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Materiales proporcionado por Plataforma SINC . Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.
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