Las zonas de falla juegan un papel clave en la formación de la deformación de la corteza terrestre. Todas estas zonas contienen fluidos, que influyen fuertemente en la propagación de los terremotos. En un artículo publicado hoy en Comunicaciones de la naturaleza , Chiara Cornelio, estudiante de doctorado en el Laboratorio de Mecánica de Rocas Experimentales LEMR de EPFL, muestra cómo la viscosidad de estos fluidos afecta directamente la intensidad de un terremoto. Después de ejecutar una serie de pruebas de laboratorio y simulaciones, Cornelio desarrolló un modelo físico con precisióncalcular variables como la cantidad de energía que necesita un terremoto para propagarse y, por lo tanto, su fuerza, de acuerdo con la viscosidad de los fluidos subsuperficiales
El estudio formó parte de una investigación más amplia sobre proyectos de energía geotérmica que, al igual que otras actividades subterráneas, puede provocar terremotos, un proceso conocido como sismicidad inducida, en oposición a la sismicidad natural, donde los terremotos ocurren sin intervención humana.
"Los proyectos de exploración subsuperficial como la energía geotérmica, los pozos de inyección y la minería implican inyectar fluidos presurizados en fracturas en la roca", explica Cornelio. "Estudios como este muestran cómo una mejor comprensión de las propiedades y los efectos de los fluidos es vital para preveniro atenuar los terremotos inducidos. Las empresas deben tener en cuenta estas propiedades en su pensamiento, en lugar de centrarse únicamente en consideraciones de volumen y presión ".
como jabón
Cornelio realizó 36 experimentos, simulando terremotos de intensidad variable y propagándose a diferentes velocidades, en granito o mármol, con fluidos de cuatro viscosidades diferentes. Sus hallazgos demostraron una clara correlación entre la viscosidad del fluido y la intensidad del terremoto.
"Imagine que estos fluidos funcionan como el jabón, reduciendo la fricción entre las manos cuando las lava, o como el aceite que rocía en las partes mecánicas para que vuelvan a moverse", explica Marie Violay, profesora asistente y directora de la LEMR"Además, los terremotos naturales producen calor cuando las dos placas se frotan entre sí. Ese calor derrite la roca, creando una película lubricante que hace que la falla se deslice aún más. Nuestro estudio también nos da una idea más clara de cómo funciona ese proceso natural."
Fuente de la historia :
Materiales proporcionados por Escuela Politécnica Federal de Lausana . Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.
Referencia del diario :
Cita esta página :