Se sabe que las células cancerosas acidifican su entorno y, en consecuencia, el interior de las células en sí está alcalinizado. En principio, esta desregulación debería dificultar el desarrollo y la proliferación de estas células. Sin embargo, sucede exactamente lo contrario en el cáncer. Un estudio computacionalcoautor del químico computacional Miquel Duran-Frigola, del Instituto de Investigación en Biomedicina IRB Barcelona, ha demostrado que las células cancerosas proliferan menos y de manera menos robusta cuando se reduce su pH interno, es decir, se vuelve másácido. Este hallazgo revela oportunidades para nuevos enfoques terapéuticos para abordar la enfermedad.
Utilizando cientos de miles de datos de ensayos bioquímicos previos y una base de datos sobre la expresión génica de las células cancerosas, los investigadores han desarrollado un modelo computacional que analiza cómo las variaciones en el pH afectan la actividad de casi 2000 enzimas metabólicas ". Somos una computadoray estamos dedicados a la biología de sistemas. Queríamos abordar la cuestión a gran escala ", dice Miquel Duran-Frigola, investigador asociado del laboratorio de Bioinformática Estructural y Biología de Redes, dirigido por el investigador de ICREA Patrick Aloy." Entender el vínculo entreLas vías metabólicas que funcionan mejor bajo diferentes pH pueden darnos una idea sobre los mecanismos utilizados por el cáncer para sobrevivir a un pH básico ", explica Duran-Frigola.
La acidificación como objetivo
Los investigadores han confirmado la hipótesis que formularon inicialmente. Según esta hipótesis, si las células cancerosas proliferan fácilmente en un ambiente alcalino, entonces serían más vulnerables en condiciones ácidas. Esto allana el camino para considerar la acidificación de las células cancerosasellos mismos, combinados con terapias más convencionales, como una buena estrategia terapéutica.
Nuevos objetivos terapéuticos
Además, los investigadores han identificado las enzimas metabólicas que funcionan sinérgicamente con la acidez intracelular en el desarrollo del cáncer, revelando así estas moléculas como posibles objetivos terapéuticos. De hecho, cinco de estos objetivos potenciales ya se han probado en el laboratorio utilizando células de cáncer de mamalíneas y han dado resultados prometedores.
"Este trabajo todavía es muy académico, pero creemos que algunos de los objetivos identificados están listos para ser probados en animales, lo que nos permite pasar a etapas de ensayo preclínico más avanzadas", dice Miquel Duran-Frigola. El estudio, que se realizó en colaboración con el Centro de Cáncer Moffitt y la Universidad de Maryland, ambos en los EE. UU., se publicó en Comunicaciones de la naturaleza .
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Materiales proporcionado por Instituto de Investigación en Biomedicina IRB Barcelona . Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.
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