¿Alguna vez has conocido a alguien a quien no le gustaba la música? Es posible que tenga una afección llamada anhedonia musical específica, que afecta del tres al cinco por ciento de la población.
Investigadores de la Universidad de Barcelona y el Instituto Neurológico de Montreal y el Hospital de la Universidad McGill han descubierto que las personas con esta afección mostraron una conectividad funcional reducida entre las regiones corticales responsables del procesamiento del sonido y las regiones subcorticales relacionadas con la recompensa.
Para comprender los orígenes de la anhedonia musical específica, los investigadores reclutaron a 45 participantes sanos que completaron un cuestionario que medía su nivel de sensibilidad a la música y los dividieron en tres grupos de sensibilidad según sus respuestas. Los sujetos de prueba escucharon extractos de música dentro de unLa máquina fMRI al tiempo que proporciona calificaciones de placer en tiempo real. Para controlar su respuesta cerebral a otros tipos de recompensa, los participantes también jugaron una tarea de juego monetaria en la que podían ganar o perder dinero real.
Utilizando los datos de fMRI, los investigadores descubrieron que mientras escuchaban música, los anhedónicos musicales específicos presentaban una reducción en la actividad del Nucleus Accumbens, una estructura subcortical clave de la red de recompensas. La reducción no estaba relacionada con un funcionamiento general inadecuado deel Núcleo Accumbens en sí, ya que esta región se activó cuando ganaron dinero en la tarea de juego.
Sin embargo, los anhedónicos musicales específicos mostraron una conectividad funcional reducida entre las regiones corticales asociadas con el procesamiento auditivo y el Nucleus Accumbens. En contraste, las personas con alta sensibilidad a la música mostraron una conectividad mejorada.
El hecho de que los sujetos puedan ser insensibles a la música mientras aún responden a otro estímulo como el dinero sugiere diferentes vías para recompensar los diferentes estímulos. Este hallazgo puede allanar el camino para el estudio detallado de los sustratos neuronales subyacentes a otras anhedonias específicas de dominio y,desde una perspectiva evolutiva, ayúdenos a comprender cómo la música adquirió un valor de recompensa.
Se ha demostrado que la falta de conectividad cerebral es responsable de otros déficits en la capacidad cognitiva. Los estudios de niños con trastorno del espectro autista, por ejemplo, han demostrado que su incapacidad para experimentar la voz humana como placentera puede explicarse por un acoplamiento reducido entreel surco temporal posterior bilateral superior y los nodos distribuidos del sistema de recompensa, incluido el Nucleus Accumbens. Esta última investigación refuerza la importancia de la conectividad neural en la respuesta de recompensa de los seres humanos.
"Estos hallazgos no solo nos ayudan a comprender la variabilidad individual en la forma en que funciona el sistema de recompensas, sino que también se pueden aplicar al desarrollo de terapias para el tratamiento de trastornos relacionados con recompensas, incluidas la apatía, la depresión y la adicción", dice RobertZatorre, neurocientífico del MNI y uno de los coautores del artículo.
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Materiales proporcionado por Universidad McGill . Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.
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