Un artículo publicado hoy en la revista ciencia advierte sobre los peligros del aumento de la salinidad del agua para la salud humana y los ecosistemas de agua dulce ríos, lagos, etc. y el costo económico derivado de la falta de políticas públicas para abordar este problema.
El estudio, elaborado por un equipo internacional de científicos coordinado por el investigador Miguel Cañedo-Argüelles, del grupo de investigación BETA de la Universidad de Vic - Universidad Central de Cataluña UVic-UCC y el grupo de investigación FEM de la Universidadde Barcelona UB, revela que actividades humanas como la agricultura y la extracción de recursos carbón, minerales, gas, etc. están aumentando la salinidad del agua y esto tiene efectos adversos sobre la salud humana y el funcionamiento de los ecosistemas Narcís Prat, profesor del Departamento de Ecologíade la Universitat de Barcelona y líder del grupo de investigación Ecología y Gestión del Agua Dulce FEM de la UB, también ha participado en este trabajo.
Además, el aumento de la salinidad del agua podría tener costos económicos muy altos debido a la pérdida de servicios ecosistémicos y costos directos relacionados con el tratamiento del agua para consumo humano. El estudio también advierte que en la mayoría de los casos las acciones preventivas se enfocan únicamente en los usos humanos del agua, ignorandola protección de la biodiversidad acuática. Algunos países, como Australia y Estados Unidos, han avanzado en la regulación de los niveles permitidos de salinidad en base a criterios ecológicos. Aún así, el grado de protección es insuficiente. Según lo afirma el investigador Miguel Cañedo-Argüelles, "En la mayoría de los casos, estas son solo recomendaciones no legalmente vinculantes basadas en la cantidad total de sal es decir, salinidad, sin tener en cuenta la concentración de diferentes iones por ejemplo, cloruro, magnesio, sulfato, sodio, etc.".Se sabe que diferentes iones tienen diferente toxicidad, por lo que los autores piden una legislación específica para regular los límites de concentración de cada ión en nuestros ríos y lagos.
En el artículo, entre cuyos autores se encuentran el director de CT Beta Tecnio UVic-UCC, Sergio Ponsà, la investigadora ICREA de la UVic-UCC Sandra Brucet Balmaña y el director del grupo de investigación FEM UB, Narcís Prat, los científicos convocande soluciones globales y políticas preventivas basadas en el consenso científico, teniendo en cuenta las cuestiones sociales, económicas y ambientales para proteger los ecosistemas acuáticos del aumento de la salinidad y asegurar el acceso de las generaciones futuras a los bienes y servicios que estos ecosistemas brindan. También predicen queEl cambio climático agravará esta situación porque aumentará la evaporación del agua, disminuyendo la capacidad de los ríos y lagos para diluir las sales, y el nivel del mar aumentará provocando que el agua salada invada el agua dulce en las zonas costeras.
Los investigadores proponen incentivos para las buenas prácticas y el uso de tecnología que reduzcan las concentraciones de sal en el agua dulce. Por ejemplo, abogan por nuevas técnicas agrícolas con cultivo de cultivos que permitan un uso racional del agua. También recomiendan permisos y controles paraempresas que descargan efluentes ricos en sal en ríos y lagos para controlar la concentración y el tiempo en función de la capacidad de dilución de las aguas receptoras, como se está haciendo en Australia. Admiten que los desastres ecológicos causados por el aumento de la salinidad, aunque pocos en número, han provocado una pérdida a gran escala de biodiversidad y sufrimiento para los habitantes humanos afectados, como es el caso del colapso de la pesca en el Mar de Aral y el acceso limitado al agua potable en el delta del Ganges en Bangladesh.
Consideran también que aún estamos a tiempo de prevenir nuevos desastres de este tipo si se ponen en marcha prácticas de prevención y gestión adecuadas. No obstante, los acuíferos cada vez más salinos y las tierras cultivables ya imposibilitan el cultivo de determinados cultivosvalle, dificultando la producción de alimentos y el suministro de agua potable, todo lo cual, además de arruinar a muchas familias, podría conducir a un aumento de la migración internacional.Los países del sur de Europa serán los que más sufrirán esta situación y experimentarán mayores dificultades en las actividades económicas, especialmenteagricultura.
Fuente de la historia :
Materiales proporcionado por Universidad de Barcelona . Nota: el contenido se puede editar por estilo y longitud.
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