Los cigarrillos electrónicos, o e-cigs, han crecido en popularidad como una alternativa al tabaquismo tradicional. Pero los expertos en salud y los defensores de los consumidores han expresado su preocupación por su seguridad. Ahora los científicos informan en la revista de ACS Ciencia y tecnología ambiental nuevas mediciones de compuestos potencialmente tóxicos en el vapor del cigarrillo electrónico y los factores que afectan estos niveles.
Hugo Destaillats y sus colegas analizaron el vapor de dos tipos diferentes de vaporizadores de cigarrillos electrónicos llenos de tres líquidos de recarga diferentes. Identificaron varios componentes de vapor, incluido el glicidol, que no se había identificado previamente en el vapor de cigarrillo electrónico, formaldehídoy acroleína.
La Organización Mundial de la Salud clasifica el glicidol como un probable carcinógeno, y la acroleína es un irritante poderoso. Las pruebas también mostraron que al aumentar el voltaje y el calor en un vaporizador de una sola bobina a diferencia de uno con una bobina doble triplica las emisiones de aldehídopor soplo y aumentó los niveles de acroleína en un factor de 10.
Además, la liberación de compuestos potencialmente tóxicos aumentó con el uso. Estos compuestos se originan de la descomposición térmica de propilenglicol y glicerina, dos solventes utilizados para formular la mayoría de los líquidos electrónicos.
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Materiales proporcionado por Sociedad Americana de Química . Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.
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