Los murciélagos destacan en la percepción acústica y detectan objetos tan pequeños como mosquitos mediante ondas sonoras. La ecolocalización les permite calcular la ubicación tridimensional de objetos pequeños y grandes, percibiendo su forma, tamaño y textura. Para ello, el cerebro de un murciélagoprocesa varias dimensiones acústicas de los ecos que regresan del objeto, como frecuencia, espectro e intensidad.
Pero a veces los murciélagos chocan con paredes grandes a pesar de que detectan estas paredes con su sistema de sonar. Investigadores de la Universidad de Tel Aviv TAU han concluido que estas colisiones no son el resultado de una limitación sensorial sino más bien de un error en la percepción acústica.
El estudio fue dirigido por el Dr. Sasha Danilovich, ex estudiante de doctorado en el laboratorio del Prof. Yossi Yovel, Director de la Escuela de Neurociencia Sagol y miembro de la facultad de la Escuela de Zoología de la Facultad de Ciencias de la Vida George S. Wise. Otros participantes incluyeron al Dr. Arian Bonman y los estudiantes Gal Shalev y Aya Goldstein del Laboratorio de Percepción Sensorial y Cognición de la Escuela de Zoología y la Escuela de Neurociencia de Sagol. El artículo fue publicado el 26 de octubre de 2020 en. PNAS .
Los investigadores de TAU liberaron decenas de murciélagos en un pasillo bloqueado por objetos de diferentes tamaños y hechos de diferentes materiales. Para su sorpresa, los investigadores descubrieron que los murciélagos chocaban con grandes paredes de esponja que producen un eco débil como si no existieran.El comportamiento de los murciélagos sugirió que lo hicieron a pesar de que habían detectado la pared con su sistema de sonar, lo que indica que la colisión no se debió a una limitación sensorial, sino a una percepción acústica errónea.
Los investigadores plantean la hipótesis de que la combinación antinatural de un objeto grande y un eco débil interrumpe la percepción sensorial de los murciélagos y hace que ignoren el obstáculo, al igual que las personas que chocan contra paredes transparentes.
Los investigadores luego cambiaron metódicamente las características de los objetos a lo largo del corredor, variando su tamaño, textura e intensidad de eco. Llegaron a la conclusión de que la percepción acústica de los murciélagos depende de una correlación coherente y típica de las dimensiones con los objetos de la naturaleza, queun objeto grande debe producir un eco fuerte y un objeto pequeño un eco débil.
"Al presentarles a los murciélagos objetos cuyas dimensiones acústicas no son coherentes, pudimos engañarlos, creando una idea errónea que hizo que intentaran repetidamente chocar contra una pared a pesar de que la habían identificado con su sonar", explica Danilovich.. "El experimento nos da una idea de cómo perciben el mundo estas criaturas, cuyos sentidos son tan únicos y diferentes a los nuestros".
Fuente de la historia :
Materiales proporcionado por Amigos estadounidenses de la Universidad de Tel Aviv . Nota: el contenido se puede editar por estilo y longitud.
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