El hidrógeno es el elemento más abundante en el universo. También es el más simple: luce un solo electrón en cada átomo. Pero esa simplicidad es engañosa, porque todavía hay mucho que aprender sobre el hidrógeno.
Una de las incógnitas más grandes es su transformación bajo las presiones y temperaturas extremas que se encuentran en el interior de los planetas gigantes, donde se exprime hasta convertirse en metal líquido, capaz de conducir electricidad. Nuevo trabajo publicado en Cartas de revisión física por Alexander Goncharov de Carnegie y Stewart McWilliams de la Universidad de Edimburgo, mide las condiciones bajo las cuales el hidrógeno experimenta esta transición en el laboratorio y encuentra un estado intermedio entre el gas y el metal, al que llaman "hidrógeno oscuro"
En la superficie de planetas gigantes como Júpiter, el hidrógeno es un gas. Pero entre esta superficie gaseosa y el hidrógeno metálico líquido en el núcleo del planeta se encuentra una capa de hidrógeno oscuro, según los hallazgos obtenidos de la imitación del laboratorio del equipo.
Utilizando una celda de yunque de diamante calentada con láser para crear las condiciones que probablemente se encuentren en los interiores planetarios gigantes de gas, el equipo investigó la física del hidrógeno bajo un rango de presiones de 10,000 a 1.5 millones de veces la presión atmosférica normal y hasta 10,000 gradosFahrenheit.
Descubrieron esta fase intermedia inesperada, que no refleja ni transmite luz visible, pero sí transmite radiación infrarroja o calor.
"Esta observación explicaría cómo el calor puede escapar fácilmente de los planetas gigantes gaseosos como Saturno", explicó Goncharov.
También descubrieron que este hidrógeno oscuro intermedio es algo metálico, lo que significa que puede conducir una corriente eléctrica, aunque de manera deficiente. Esto significa que podría desempeñar un papel en el proceso por el cual la producción de hidrógeno metálico en núcleos planetarios gigantes de gas produce un campo magnéticoalrededor de estos cuerpos, de la misma manera que el movimiento del hierro líquido en el núcleo de la Tierra creó y sostiene nuestro propio campo magnético.
"Esta capa oscura de hidrógeno era inesperada e inconsistente con lo que la investigación de modelos nos había llevado a creer sobre el cambio de hidrógeno gaseoso a hidrógeno metálico dentro de los objetos celestes", agregó Goncharov.
Fuente de la historia :
Materiales proporcionado por Institución Carnegie para la Ciencia . Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.
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