Verdaderos escudos contra partículas de alta energía, los campos magnéticos de los planetas son producidos por el hierro que se mueve en su núcleo líquido. Sin embargo, el modelo dominante para explicar este sistema no se ajusta a los cuerpos celestes más pequeños. Investigadores del Institut de Recherche sur les Phénomènes HorsEquilibre IRPHE, CNRS / Aix Marseille Université / Centrale Marseille y la Universidad de Leeds han propuesto un nuevo modelo que sugiere que la turbulencia en los núcleos líquidos se debe a las mareas producidas por las interacciones gravitacionales entre los cuerpos celestes.a grandes vórtices turbulentos de hierro fundido lejos de la superficie, los movimientos en el núcleo se deben a la superposición de muchos movimientos de tipo onda. Este trabajo fue publicado en Cartas de revisión física el 21 de julio de 2017.
Los científicos coinciden en que los campos magnéticos se forman y permanecen debido al flujo de hierro en el núcleo líquido. Las discusiones se vuelven más complicadas cuando intentan determinar qué permite que estas masas colosales se muevan. El modelo dominante se basa en el enfriamiento lento de los cuerpos celestes, queprovoca convección, que a su vez crea grandes vórtices de hierro fundido paralelos al eje de rotación del cuerpo celeste. Pero los planetas y lunas pequeños se enfrían demasiado rápido para que un campo magnético se mantenga allí por convección varios miles de millones de años después de su formación.en IRPHE CNRS / Aix Marseille Université / Centrale Marseille y la Universidad de Leeds ahora han presentado un modelo alternativo donde las interacciones gravitacionales entre cuerpos celestes perturban el núcleo.
Las mareas, producidas por estas interacciones gravitacionales, perturban el núcleo periódicamente y amplifican los movimientos de las olas presentes naturalmente en el hierro líquido giratorio. Este fenómeno termina produciendo un flujo completamente turbulento, cuya naturaleza aún no se comprende bien. Para estudiar esto,Los investigadores utilizaron un modelo numérico de una pequeña parcela de un núcleo planetario, en lugar de simular el núcleo en su conjunto, lo que requeriría demasiado poder de cálculo. Este enfoque permite una caracterización fina de los movimientos creados en regímenes geofísicos extremos, al tiempo que conserva el físico esencial.Los investigadores han demostrado que la turbulencia es el resultado de la superposición de una gran cantidad de movimientos de olas que intercambian energía permanentemente. Este estado específico, llamado turbulencia de olas, puede verse como análogo en tres dimensiones al movimiento de la superficie del océano., lejos de las costas.
Este trabajo abre el camino a nuevos modelos que permiten una mejor comprensión y predicción de las propiedades del campo magnético de los cuerpos celestes. Este modelo de marea se aplicaría a todos los cuerpos en órbita que estén suficientemente perturbados por estrellas, planetas o lunas vecinas.
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Materiales proporcionado por CNRS . Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.
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