La barrera hematoencefálica infranqueable evita que los microorganismos entren en nuestro cerebro, sin embargo, también bloquea los medicamentos que podrían ayudar a tratar el Parkinson, el Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas. Ahora, un físico español y otros investigadores de la Universidad de Columbia EE. UU. Lo han logradoal incrustar estas sustancias en pequeñas burbujas de lípidos, de tal manera que el ultrasonido pueda usarse para liberarlas en el área específica del cerebro donde se necesitan.
Un mecanismo de defensa tan sofisticado como la barrera hematoencefálica, que protege nuestro cerebro de virus, bacterias y hongos que se filtran en nuestra sangre, puede convertirse en nuestro peor enemigo a la hora de tratar determinadas enfermedades. Este "muro" es un infranqueableun obstáculo para el 98% de los medicamentos, que trata como patógenos y bloquea el paso del torrente sanguíneo de los pacientes al cerebro. Durante años, los científicos han intentado romper esta barrera natural, pero casi ninguna de las técnicas desarrolladas hasta la fecha como la intracranealinyecciones, terapia génica y la modificación química del medicamento han podido transportar el fármaco hasta donde se necesita, sin que afecte al resto del organismo y siendo la acción reversible donde la barrera se abre y se cierra muy rápidamente.
El único método que ha sido capaz de superar todas estas condiciones se basa en el uso de ultrasonido sonido cuya frecuencia es más alta que el rango de audición humana después de que se administran medicamentos con una inyección intravenosa independiente de microburbujas de gas recubiertas de lípidos que son completamente inocuos.
Como un láser, el ultrasonido se enfoca en una región específica del cerebro, donde las microburbujas comienzan a oscilar y aumentar de tamaño debido a su interacción con las ondas acústicas. Cuando estas diminutas burbujas alcanzan el tamaño crítico de 8 micrones, elLa barrera hematoencefálica cercana se abre, permitiendo que pase el medicamento que circula en la sangre.
Esta técnica se ha utilizado con éxito durante más de diez años, pero tiene una desventaja: los fármacos se mueven por todo el sistema circulatorio y llegan a órganos donde no se necesitan, provocando efectos adversos. Sin embargo, parece que los científicos de UltrasonidoElasticity Imaging Laboratory UEIL de la Universidad de Columbia de Nueva York ha encontrado la solución.
"Hemos dado un paso adelante al incorporar la sustancia que nos interesa en la capa lipídica de las microburbujas. Esto hace que la sustancia permanezca adherida a las microburbujas y evita que circule libremente por el cuerpo", según el físico.Carlos Sierra, investigador de la UEIL becado por la Fundación Berrié de A Coruña y autor principal del trabajo sobre este nuevo avance, publicado en el Revista de flujo sanguíneo cerebral y metabolismo .
Con esta técnica, las microburbujas fluyen por todo el cuerpo con el potencial fármaco adherido a ellas, pero solo lo liberan en el área del cerebro donde se requiere, donde el efecto del ultrasonido hace que se rompan y abran la sangre-barrera cerebral. "Hace todo esto, sin ser invasivo, reversible y completamente seguro", enfatiza Sierra.
Desde experimentos en ratones hasta ensayos en humanos
Hasta ahora, los investigadores han demostrado la eficacia de su técnica en ratones. Eligieron una molécula fluorescente llamada 5-dodecanoilaminofluoresceína y confirmaron que llegaba al cerebro sin afectar otras partes del animal. Al mismo tiempo, identificaronlos umbrales de presión acústica a partir de los cuales se garantiza que la sustancia alcanzará su objetivo in vivo.
"Definir estos parámetros significa que podemos pensar en cómo transferir la técnica a pacientes humanos, aunque primero debe probarse en monos", explica el investigador, y agrega que "podría aplicarse a enfermedades como Parkinson, Alzheimer, Huntingtonenfermedades, tumores cerebrales, accidentes cerebrovasculares, esclerosis múltiple y esclerosis lateral amiotrófica, donde esperamos ver un aumento muy significativo en la eficacia del tratamiento y una reducción considerable de los efectos secundarios ".
El equipo ahora ha comenzado a administrar compuestos potencialmente terapéuticos para tratar la enfermedad de Parkinson "con hallazgos iniciales prometedores", señala Sierra, y concluye que "el éxito de esta técnica en ratones, e incluso en monos, no puede garantizar que sea efectivaen las personas, pero si seguimos obteniendo resultados satisfactorios, comenzarían los ensayos preclínicos en humanos ".
Fuente de la historia :
Materiales proporcionado por Plataforma SINC . Nota: el contenido se puede editar por estilo y longitud.
Referencia de la revista :
cite esta página :