Un trasplante de cara es un injerto de piel que implica reemplazar parte o la totalidad de la cara de un paciente con la cara de un donante.
La primera operación de replantación de rostro completo del mundo fue en una niña de nueve años, cuya cara fue arrancada cuando su cabello quedó atrapado en una trilladora.
La cortadora de césped le amputó la cara y el cuero cabelludo.
La máquina atrapó una de las trenzas de la niña y luego tiró de su cabeza.
Su madre fue testigo del accidente.
La paciente llegó al hospital inconsciente con su cara en dos pedazos en una bolsa de plástico.
La operación fue exitosa, aunque el niño sufrió daños musculares y cicatrices alrededor del perímetro donde se volvió a suturar la piel del rostro.
El primer trasplante de cara parcial del mundo en un humano vivo fue realizado el 27 de noviembre de 2005 por un equipo de cirujanos dirigido por el profesor Jean-Michel Dubernard y el profesor Bernard Devauchelle en Amiens, Francia.
La paciente se sometió a una cirugía para reemplazar su rostro original que había sido devastado por su perro.
Se injertó en el paciente un triángulo de tejido facial de la nariz y boca de un humano con muerte cerebral.