Una forma en que los científicos están estudiando cómo crece y envejece el cuerpo humano es mediante la creación de órganos artificiales en el laboratorio. Actualmente, el más popular de estos órganos es el organoide, un órgano miniaturizado hecho de células madre. Los organoides se han utilizado para modelaruna variedad de órganos, pero los organoides cerebrales son los más nublados por la controversia.
Los organoides cerebrales actuales son diferentes en tamaño y madurez de los cerebros normales. Más importante aún, no producen ningún resultado conductual, lo que demuestra que todavía son un modelo primitivo de un cerebro real. Sin embargo, a medida que la investigación genera organoides cerebrales de mayor complejidad,eventualmente tendrá la capacidad de sentir y pensar.En respuesta a esta anticipación, el profesor asociado Takuya Niikawa de la Universidad de Kobe y el profesor asistente Tsutomu Sawai del Instituto de Estudios Avanzados de Biología Humana WPI-ASHBi de la Universidad de Kyoto, en colaboración con otros filósofosen Japón y Canadá, han escrito un artículo sobre la ética de la investigación utilizando organoides cerebrales conscientes. El artículo se puede leer en la revista académica Neuroética.
Trabajando regularmente tanto con bioeticistas como con neurocientíficos que han creado organoides cerebrales, el equipo ha escrito extensamente sobre la necesidad de construir pautas sobre investigación ética. En el nuevo artículo, Niikawa, Sawai y sus coautores presentan un marco ético que asume que el cerebrolos organoides ya tienen conciencia en lugar de esperar el día en que podamos confirmar completamente que la tienen.
"Creemos que se debe tomar un principio de precaución", dijo Sawai. "Ni la ciencia ni la filosofía pueden ponerse de acuerdo sobre si algo tiene conciencia. En lugar de discutir si los organoides cerebrales tienen conciencia, decidimos que la tienen como precaución y para consideraciónde implicaciones morales".
Para justificar esta suposición, el artículo explica qué son los organoides cerebrales y examina lo que sugieren las diferentes teorías de la conciencia sobre los organoides cerebrales, infiriendo que algunas de las teorías populares de la conciencia les permiten poseer conciencia.
En última instancia, el marco propuesto por el estudio recomienda que la investigación sobre organoides del cerebro humano siga los principios éticos similares a los de los experimentos con animales. Por lo tanto, las recomendaciones incluyen usar la cantidad mínima de organoides posible y hacer todo lo posible para prevenir el dolor y el sufrimiento al considerarlos intereses del público y de los pacientes.
"Nuestro marco fue diseñado para ser simple y se basa en experiencias de valencia y la sofisticación de esas experiencias", dijo Niikawa.
Esto, explica el documento, brinda orientación sobre qué tan estrictas deben ser las condiciones para los experimentos. Estas condiciones deben decidirse en función de varios criterios, que incluyen el estado fisiológico del organoide, los estímulos a los que responde, las estructuras neuronales a las queposee y sus funciones cognitivas.
Además, el documento argumenta que este marco no es exclusivo de los organoides cerebrales. Se puede aplicar a cualquier cosa que se perciba para mantener la conciencia, como fetos, animales e incluso robots.
"Nuestro marco depende del principio de precaución. Algo que creemos que no tiene conciencia hoy puede, a través del desarrollo de estudios de conciencia, tener conciencia en el futuro. Podemos considerar cómo debemos tratar a estas entidades basándonos ennuestro marco ético", concluyen Niikawa y Sawai.
Fuente de la historia:
Materiales proporcionado por Universidad de Kioto. Nota: el contenido se puede editar por estilo y longitud.
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