A pesar de ser "criaturas amantes de los bosques neotropicales", se sabe que algunas abejas orquídeas toleran hábitats perturbados por la actividad humana. Sin embargo, el equipo de investigación de Paola Galgani-Barraza Instituto Smithsonian de Investigación Tropical esperaba poco encontrar120 grupos de nidos de orquídeas de casi dos siglos de antigüedad construidos en el retablo de la Catedral Basílica en el Casco Viejo Panamá.
Esto sucedió después del trabajo de restauración, completado en 2018 en preparación para la consagración de un nuevo altar por el Papa Francisco, reveló los nidos. Curiosamente, muchas células fueron cubiertas con pan de oro y otro material dorado aplicado durante una restauración anterior luego de un incendio de 1870, ayudando así a la determinación confiable de la edad de los grupos. Las células databan de los años anteriores a 1871-1876.
La especie de abeja, que una vez había construido los nidos, se identificó como la Eufriesea surinamensis extremadamente reservada. Se sabe que las hembras construyen sus nidos distantes entre sí, lo que hace que sea muy difícil ubicarlas en el campo. Como resultado, hayno se sabe mucho sobre ellos: ni sobre los recursos florales que recolectan para la comida, ni sobre los materiales que usan para construir sus nidos, ni sobre las plantas que polinizan.
Sin embargo, al analizar el polen preservado por primera vez para esta especie, los investigadores detectaron con éxito la presencia de 48 especies de plantas, que representan 43 géneros y 23 familias. Por lo tanto, concluyeron que la ciudad de Panamá de fines del siglo XIX estaba rodeada por unmosaico de bosques tropicales, suficiente para mantener poblaciones de anidación de lo que hoy es una especie de abeja que habita en el bosque.
Los científicos no solo revelaron un conocimiento importante sobre la biología de las abejas orquídeas y la diversidad floral local en el siglo XIX, sino que también comenzaron a descubrir información clave sobre las funciones de los ecosistemas naturales y sus especies componentes, donde las abejas juegan un papel crucialpapel como polinizadores primarios. Por lo tanto, los investigadores esperan revelar cómo estos entornos están siendo modificados por el comportamiento humano colectivo, lo cual es especialmente crucial con el entorno rápidamente cambiante que presenciamos hoy.
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