Los científicos que presencian la destrucción del mundo natural deben ser apoyados y "permitidos llorar", dicen los investigadores.
en una carta publicada en la revista ciencia , tres investigadores líderes dicen que está "peligrosamente equivocado" asumir que los científicos son observadores desapasionados.
Dicen que muchos científicos experimentan "fuertes respuestas de duelo" a la actual crisis ecológica, y existen profundos riesgos al ignorar este trauma emocional.
Tim Gordon, autor principal de la carta y biólogo marino de la Universidad de Exeter, dijo: "Estamos documentando la destrucción de los ecosistemas más bellos y valiosos del mundo, y es imposible permanecer emocionalmente desapegado".
"Cuando pasas la vida estudiando lugares como la Gran Barrera de Coral o los casquetes polares del Ártico, y luego los ves blanquear en los campos de escombros o derretirse en el mar, te golpea muy fuerte"
El coautor profesor Andy Radford, de la Universidad de Bristol, agregó: "La carga emocional de este tipo de investigación no debe subestimarse".
"La pena, cuando no se aborda, puede nublar el juicio, inhibir la creatividad y generar la sensación de que no hay forma de avanzar"
La carta hace un llamado a las instituciones académicas para que apoyen a los científicos ambientales, permitiéndoles abordar su dolor ecológico de manera profesional y emerger más fuertes de las experiencias traumáticas para descubrir nuevas ideas sobre el mundo natural.
Los autores temen que los científicos ambientales tienden a responder a la degradación del mundo natural ignorando, reprimiendo o negando las emociones dolorosas resultantes mientras están en el trabajo.
Pero proponen que se puede aprender mucho de las profesiones donde los eventos angustiantes son comunes, como la atención médica, los servicios de emergencia y los militares.
En estos campos, existen estrategias bien definidas para que los empleados anticipen y manejen su angustia emocional, incluyendo capacitación, sesiones informativas, apoyo y asesoramiento después de eventos perturbadores.
El Dr. Steve Simpson, de la Universidad de Exeter, también coautor de la carta, dijo: "En lugar de ignorar o reprimir nuestro dolor, los científicos ambientales deberían reconocerlo, aceptarlo y resolverlo".
"Al hacerlo, podemos usar el dolor para fortalecer nuestra resolución y encontrar formas de comprender y proteger los ecosistemas que aún tienen una posibilidad de supervivencia en nuestro mundo que cambia rápidamente"
La carta termina sugiriendo que un mejor apoyo psicológico para los científicos ambientales podría mejorar su capacidad de pensar creativamente sobre el futuro.
Gordon dijo: "Si nos tomamos en serio la búsqueda de algún tipo de futuro para nuestros ecosistemas naturales, debemos evitar quedar atrapados en ciclos de dolor".
"Necesitamos permitirnos llorar y luego ver más allá de nuestras lágrimas"
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Materiales proporcionado por Universidad de Exeter . Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.
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