¿Cómo procesa el cerebro las recompensas? Los investigadores de la Universidad de Pensilvania están investigando cómo responde el cerebro de manera diferente a dos recompensas comúnmente ingeridas, la comida y el alcohol, para comprender cómo alteran la actividad y el comportamiento neuronales. Sus hallazgos se presentaron esta semanaen Utrecht, Países Bajos, en la Reunión Anual 2019 de la Sociedad para el Estudio del Comportamiento Ingestivo SSIB, uno de los principales lugares para la investigación sobre la alimentación y la bebida.
En un estudio dirigido por la Dra. Amber Alhadeff, la actividad neuronal se midió en ratones hambrientos que consumen alimentos o alcohol. "Nuestro moderno kit de herramientas de neurociencia ahora nos permite monitorear la actividad neuronal en ratones que se comportan cuando les damos acceso a diferentes tipos de recompensas"Esto nos da un acceso sin precedentes a los mecanismos que controlan la motivación y el comportamiento", dijo Alhadeff. El estudio demuestra que la comida y el alcohol tienen efectos similares en las neuronas que se sabe que están involucradas en la ingesta y recompensa de alimentos. Sin embargo, diferentes vías llevan señales ael cerebro después de la ingestión de alimentos o alcohol. Descubrieron que el nervio vago, una autopista de información desde el tracto gastrointestinal al cerebro, es responsable de transmitir las señales de los alimentos a las "neuronas del hambre". El alcohol, por otro lado, noutiliza la señalización vagal para comunicarse con estas mismas neuronas del hambre, pero es probable que acceda a ellas y suprima su actividad, directamente a través del torrente sanguíneo.
Estas vías divergentes de flujo de información podrían ayudar a explicar por qué los alimentos y el alcohol tienen diferentes efectos en nuestro comportamiento, según el autor principal, el Dr. J. Nicholas Betley. Cuando los investigadores midieron cómo el alcohol afecta la ingesta de alimentos, encontraron inesperadamente que tiene pocoefecto en el comportamiento de alimentación, a pesar de su contenido calórico significativo. "Cuando observamos esto, comenzamos a pensar que los ratones no calculan realmente el contenido calórico del alcohol", dijo Betley. De hecho, el equipo de la Universidad de Pensilvania pasó a mostrar esa estimulaciónde las "neuronas del hambre" en el cerebro impulsa de manera robusta la ingesta de alimentos, pero no tiene ningún efecto sobre la ingesta de alcohol. En el futuro, estos hallazgos serán útiles para determinar los diferentes mecanismos a través de los cuales los alimentos y las drogas afectan la actividad neuronal y la motivación para diferentes recompensas, proporcionandoinformación sobre los fundamentos de la obesidad y el abuso de sustancias.
Fuente de la historia :
Materiales proporcionado por Sociedad para el estudio del comportamiento ingestivo . Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.
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