Una gran erupción volcánica sacudió la Isla Decepción, en la Antártida, hace 3.980 años, y no 8.300, como se pensaba anteriormente, según un estudio internacional publicado en Informes científicos en el que han participado investigadores del Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera. Este evento fue la mayor erupción en el continente austral durante el Holoceno los últimos 11.700 años después de la última gran glaciación en la Tierra, y fue comparable en volumen deexpulsó rocas a la erupción del volcán Tambora en 1815. La erupción formó la caldera del volcán, una de las más activas en la Antártida, con más de 20 erupciones registradas en los últimos 200 años.
En el estudio, cuyo primer autor fue Dermot Antoniades, de la Universidad de Laval, Canadá, participaron investigadores de las Universidades de Barcelona UB, Salamanca USAL y Cambridge y Leicester Reino Unido, CREAF, el Centropara Investigación, Monitoreo y Evaluación del Parque Nacional Sierra de Guadarrama y Centro de Estudios Hidrográficos CEDEX.
Según la edad publicada en este nuevo estudio, un colapso de caldera de erupción volcánica tuvo lugar hace 3980 años. El vaciado de la cámara magmática, la zona de acumulación de magma que alimentó la erupción, durante este violento evento eruptivo causó una presión repentinacaída que a su vez causó el colapso de la parte superior del volcán. Como resultado, se formó una depresión entre 8 y 10 kilómetros de diámetro, que es lo que hoy le da a la Isla Decepción su particular forma de herradura. El colapso de la caldera habría causadoun evento sísmico de gran magnitud cuyo rastro se registró en los sedimentos acumulados en el fondo de los lagos de Livingstone Island.
Los núcleos de sedimentos lacustres se recuperaron durante las campañas antárticas del proyecto HOLOANTAR, entre 2012 y 2014. Este trabajo de campo fue dirigido y coordinado por Marc Oliva, entonces investigador del Instituto de Geografía y Ordenamento de la Universidad de Lisboa y ahora Ramón y Cajalinvestigador de la Universidad de Barcelona UB. Oliva es coautora de este estudio.
"El objetivo inicial del estudio era puramente climático, ya que queríamos reconstruir las fluctuaciones climáticas de esta región durante los últimos 11.700 años utilizando diferentes proxies encontrados en los sedimentos de los lagos de la península de Byers, a unos 40 kilómetros al norte de la isla Decepción.Sin embargo, la presencia de una capa de sedimento diferente en todos los lagos y de la misma edad después de una gruesa capa de tefra nos sorprendió ", dijo Sergi Pla, investigador de CREAF y coautor del estudio.
"Los análisis geoquímicos y biológicos posteriores nos indicaron que estos sedimentos tenían origen terrestre y se depositaron abruptamente en el fondo del lago. Estos resultados sugirieron la ocurrencia de un gran terremoto que afectó a toda esta área; nos puso en la pista de que, quizás, nosotrosno estaban enfrentando un terremoto común, sino el generado por el colapso de la caldera del volcán Isla Decepción. De aquí en adelante, tiramos del hilo ", explicó Santiago Giralt, investigador del ICTJA-CSIC y coautor del estudio.
La fecha exacta de la erupción se obtuvo utilizando diferentes técnicas geoquímicas, petrológicas y paleolimnológicas aplicadas en los núcleos de sedimentos de 4 lagos de la península de Byers desde la isla de Livingston.
Estos registros sedimentarios contenían varias pruebas directas e indirectas del evento volcánico que ocurrió en la Isla Decepción ". Los registros sedimentarios recuperados mostraron un patrón común: primero la ceniza volcánica de la erupción de la Isla Decepción, superpuesta por una capa de sedimento de casi un metrode espesor compuesto por material arrastrado desde las orillas de los lagos hasta el fondo debido al gran terremoto y, finalmente, los sedimentos comunes de los lagos, que se caracterizan por una alternancia de arcillas y musgos ", explicó Santiago Giralt.
Uno de los desafíos que enfrentó este estudio fue caracterizar el origen de las cenizas producidas durante la erupción volcánica. Para eso, las condiciones de presión y temperatura de los magmas que originaron esta erupción se calcularon utilizando las cenizas presentes en los núcleos de sedimentos ".Utilizando esta metodología, pudimos estimar la profundidad de todas las muestras estudiadas y determinar si eran parte del mismo magma y episodio eruptivo ", dijo Antonio Álvarez Valero, investigador de la Universidad de Salamanca USAL y coautor deeste estudio.
El estudio también estima que la erupción tuvo un índice de explosión volcánica VEI alrededor de 6, lo que posiblemente lo convierte en el episodio eruptivo del Holoceno más grande conocido en el continente antártico.
"Este episodio colosal de colapso eruptivo de la caldera expulsó entre 30 y 60 kilómetros cúbicos de ceniza, comparable en volumen a la erupción del volcán Tambora en 1815, un evento que se atribuye a un enfriamiento de la temperatura global que resultó en una serie de malascosechas en Europa, en lo que se conoce como el "año sin verano", explica Adelina Geyer, investigadora del ICTJA-CSIC y coautora del estudio.
"Es muy importante poder fechar este tipo de erupciones que nos permiten comprender los cambios climáticos causados por las erupciones volcánicas, en este caso particular en latitudes australes altas", agrega Geyer.
Como lo sugiere este estudio, esta erupción podría haber tenido impactos climáticos y ecológicos significativos en una gran área de la región sur, aunque se necesitan más estudios y nuevos datos para caracterizar con precisión cuáles son los efectos reales sobre el clima de este gran evento eruptivo.
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Materiales proporcionados por Consejo Nacional de Investigaciones CSIC . Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.
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