Los sabores dulces y amargos se identifican tan pronto como se prueban, de acuerdo con los datos neurales y de comportamiento humanos publicados en eNeuro . El estudio proporciona una nueva visión de cómo el cerebro detecta y discrimina rápidamente entre sustancias potencialmente nutritivas y tóxicas.
El sentido del gusto, similar al del olfato, guía a un organismo hacia estímulos que promueven la supervivencia y lejos de los estímulos que lo amenazan. Este comportamiento requiere detectar, identificar y decidir actuar sobre la información gustativa.
Kathrin Ohla y Raphael Wallroth exploraron cómo se desarrolla este proceso en adultos humanos al detectar una de las cuatro soluciones: salado, agrio, amargo y dulce y discriminaron entre salado versus agrio y dulce versus amargo. Los investigadores encontraron una fuerte correspondenciaentre los tiempos de reacción de los participantes y la actividad eléctrica de sus cerebros durante estas tareas, lo que sugiere que estos cálculos toman temprano en la ruta de procesamiento del sabor.
Salado y agrio se detectaron más rápidamente de lo que se identificaron, mientras que prácticamente no se observó retraso entre la detección y la discriminación para dulce y amargo. Como los participantes calificaron los sabores dulces y amargos como más y menos agradables, respectivamente, y los salados y agrios como neutros, esta información adicional puede haber facilitado las diferencias en la velocidad de procesamiento.
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Materiales proporcionados por Sociedad para la neurociencia . Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.
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