Vegetación es un término general para la vida vegetal de una región; se refiere a la cobertura del suelo proporcionada por las plantas, y es, con mucho, el elemento biótico más abundante de la biosfera.
La vegetación cumple varias funciones críticas en la biosfera, en todas las escalas espaciales posibles.
Primero, la vegetación regula el flujo de numerosos ciclos biogeoquímicos, sobre todo los de agua, carbono y nitrógeno; también es de gran importancia en los equilibrios energéticos locales y globales.
Tales ciclos son importantes no solo para los patrones globales de vegetación sino también para los del clima.
Segundo, la vegetación afecta fuertemente las características del suelo, incluido el volumen, la química y la textura del suelo, que retroalimentan para afectar diversas características de la vegetación, incluida la productividad y la estructura.
Tercero, la vegetación sirve como hábitat de vida silvestre y fuente de energía para la gran variedad de especies animales en el planeta y, en última instancia, para aquellos que se alimentan de ellas.
La vegetación también es de importancia crítica para la economía mundial, particularmente en el uso de combustibles fósiles como fuente de energía, pero también en la producción mundial de alimentos, madera, combustible y otros materiales.
Quizás lo más importante es que la vegetación global incluidas las comunidades de algas ha sido la principal fuente de oxígeno en la atmósfera, permitiendo que los sistemas de metabolismo aeróbico evolucionen y persistan.
Por último, la vegetación es psicológicamente importante para los humanos, que evolucionaron en contacto directo con la vegetación y su dependencia para la alimentación, el refugio y las medicinas.