La contaminación del aire es un término amplio que se aplica a cualquier agente químico, físico material particulado o biológico que modifique las características naturales de la atmósfera.
La atmósfera es un sistema gaseoso natural complejo y dinámico que es esencial para mantener la vida en el planeta tierra.
El agotamiento del ozono estratosférico debido a la contaminación del aire ha sido reconocido por mucho tiempo como una amenaza para la salud humana y para los ecosistemas de la tierra.
La contaminación atmosférica mundial es responsable de un gran número de muertes y casos de enfermedades respiratorias.
Las normas de calidad del aire impuestas, como la Ley de Aire Limpio en los Estados Unidos, han reducido la presencia de algunos contaminantes.
Si bien las principales fuentes estacionarias a menudo se identifican con la contaminación del aire, la mayor fuente de emisiones son en realidad fuentes móviles, principalmente el automóvil.
Existen muchas tecnologías de control de la contaminación del aire y estrategias de planificación urbana disponibles para reducir la contaminación del aire; sin embargo, los costos mundiales de abordar el problema son altos.
El método más inmediato para mejorar la calidad del aire sería el uso de combustible de bioetanol, biodiesel, energía solar y tecnologías de vehículos híbridos.
La Organización Mundial de la Salud estima que 4,6 millones de personas mueren cada año por causas directamente atribuibles a la contaminación del aire.
Muchas de estas mortalidades son atribuibles a la contaminación del aire interior.
En todo el mundo, más muertes anuales están relacionadas con la contaminación del aire que con los accidentes automovilísticos.
La investigación publicada en 2005 sugiere que 310,000 europeos mueren a causa de la contaminación del aire anualmente.
Las causas directas de muertes relacionadas con la contaminación del aire incluyen asma agravada, bronquitis, enfisema, enfermedades pulmonares y cardíacas y alergias respiratorias.