La creencia popular ha sido que los perros pequeños, como los pomerania y los chihuahuas, existen porque una vez que los perros fueron domesticados, los humanos querían compañeros pequeños y lindos. Pero en el diarioBiología actual el 27 de enero, investigadores de los Institutos Nacionales de Salud NIH identificaron una mutación genética en un gen regulador de la hormona del crecimiento que corresponde al tamaño corporal pequeño en perros que estaba presente en los lobos hace más de 50 000 años, mucho antes de la domesticación.
La búsqueda de esta mutación había estado en curso en los NIH durante más de una década, pero los investigadores no la encontraron hasta que Jocelyn Plassais @JocelynPlassais, una posdoctorado en el laboratorio de la genetista Elaine Ostrander, sugirió que buscaran secuencias alrededor del genque se colocaron al revés y confirmar si alguno estaba presente en otros cánidos y ADN antiguo. Con este enfoque, su equipo encontró una forma inversa del gen del factor de crecimiento similar a la insulina 1 IGF1 con variantes que se correlacionaban con el tamaño del cuerpo del perro.miré 200 razas, y se mantuvo maravillosamente", dice Ostrander.
Los investigadores luego colaboraron con los biólogos evolutivos Greger Larson @Greger_Larson en la Universidad de Oxford y Laurent Franz en la Universidad Ludwig Maximilian para examinar el ADN de los lobos antiguos y ver cuándo IGF-1 La mutación apareció por primera vez. Los científicos han teorizado que los perros comenzaron siendo grandes y se volvieron más pequeños hace unos 20 000 años, cuando fueron domesticados, pero este descubrimiento presenta la posibilidad de una nueva narrativa evolutiva.
De hecho, cuando el equipo analizó el ADN de un lobo siberiano de 54 000 años Canis lupus campestris encontraron que también poseía la mutación de la hormona del crecimiento."Es como si la naturaleza lo hubiera guardado en su bolsillo trasero durante decenas de miles de años hasta que lo necesitaba", dice Ostrander.
El hallazgo es válido no solo para perros y lobos, sino también para coyotes, chacales, perros de caza africanos y otros miembros de la familia de animales conocidos como cánidos. "Esto vincula tanto la domesticación canina como el tamaño del cuerpo,y las cosas que pensamos que son muy modernas en realidad son muy antiguas", dice Ostrander.
Ostrander y su equipo planean continuar investigando los genes que regulan el tamaño del cuerpo en los perros. "Una de las cosas más interesantes de los perros es que debido a que han evolucionado tan recientemente, en realidad no hay muchos genes del tamaño del cuerpo", dice ella. Los cánidos tienen solo 25 genes conocidos que regulan el tamaño del cuerpo, en comparación con varios cientos en los humanos. "Realmente quiero entender todo el continuo, desde los chihuahuas hasta los grandes daneses", dice Ostrander.
Este trabajo fue apoyado por fondos del Programa Intramural del Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano.
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