'Como una rana mirando hacia abajo por una serpiente', dice una vieja expresión japonesa, describiendo a un animal petrificado por el miedo.
Sin embargo, ahora parece que esta congelación en acción puede no ser sobre el miedo en absoluto, sino más bien un delicado juego de espera de la vida y la muerte.
Un nuevo informe de investigadores de la Escuela de Graduados de Ciencias de la Universidad de Kyoto muestra que esta interacción común tiene que ver con la paciencia, con cada animal esperando y anticipando las acciones de su oponente.
"Cuando el depredador y la presa se enfrentan, generalmente se piensa que el iniciador tiene la ventaja de mediar la captura o el escape exitosos", explica Nozomi Nishiumi, autor correspondiente del informe publicado en el Revista canadiense de zoología .
"Sin embargo, en casos que involucran serpientes y ranas, ocasionalmente se mueven extremadamente lentamente, o casi nada. Parece que evitan deliberadamente tomar medidas preventivas".
Nishiumi, junto con su colega Akira Mori, examinó cómo los comportamientos de los animales afectaron las consecuencias de su interacción al enfocarse específicamente en la cinemática de los ataques de las serpientes y el comportamiento de vuelo de las ranas.
El equipo analizó los patrones de movimiento de la serpiente rayada japonesa Elaphe quadrivirgata y la rana de estanque manchada de negro Pelophylax nigromaculatus , tanto en el campo como en experimentos de encuentros por etapas.
"En los encuentros por etapas queríamos analizar las desventajas de las acciones preventivas analizando las características cinemáticas de los movimientos de cada animal", explica Nishiumi.
"Las observaciones de campo, por otro lado, fueron diseñadas para seguir las consecuencias de las acciones y la supervivencia de los animales"
El equipo descubrió que las contraataques de cada animal a menudo eran efectivas porque las acciones del iniciador eran difíciles de cambiar una vez iniciadas. Por ejemplo, si la serpiente iniciaba una acción de ataque primero, la rana evadiría el ataque porque la trayectoria del ataque podríano se cambia a mitad del movimiento, lo que permite que la rana escape de forma segura mientras la serpiente pasa un tiempo restableciendo su postura de estocada.
Alternativamente, si la rana intentara escapar por primera vez, la serpiente comenzaría a lanzarse de inmediato, y ocasionalmente podría ajustar su dirección de ataque en anticipación de la dirección de movimiento de la rana.
"La eficacia de esta táctica de espera depende de la distancia entre ellos: cuanto más cerca estén, menos probable será que la contraataque tenga éxito", continúa Nishiumi.
"En este sentido, al acercarse a esta distancia crítica, los animales cambian adecuadamente sus comportamientos de esperar a tomar medidas"
Estos resultados sugieren que se produce un juego de paciencia entre los animales, lo que proporciona información para predecir la toma de decisiones de los depredadores y las presas.
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Materiales proporcionado por Universidad de Kyoto . Nota: El contenido puede ser editado por estilo y longitud.
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