El consumo de electricidad de una nación se ha visto como un indicador útil para medir el crecimiento económico que ofrece una alternativa útil a las medidas convencionales, como el producto interno bruto PIB al incorporar el supuesto de que un mayor consumo significa una mejor calidad de vida.análisis por país reportado en Revista Internacional de Asuntos Energéticos Globales sugiere que esto puede no ser necesariamente el caso.
Sunderasan Srinivasan y Vamshi Krishna Reddy de Verdurous Solutions Private Limited, con sede en Mysore, Karnataka, India, han analizado el impacto de la provisión de electricidad agregada en el desarrollo socioeconómico general medido por el Índice de Desarrollo Humano IDH. El equipoanalizó datos de una muestra de 21 países elegidos sobre la base de puntajes promedio anuales de IDH de 4.00 y superiores acumulados durante los períodos 1981-1990, 1990-2000 y 2000-2012.
Encontraron que para cuatro de los países analizados, específicamente China, Egipto, Marruecos y Nepal, existía la causalidad unidireccional esperada que vinculaba el consumo de electricidad con el desarrollo humano. Sin embargo, lo contrario fue cierto para otros cinco países, Argelia, Egipto, Myanmar, Sudán y Yemen. "A pesar de las asombrosas mejoras en la eficiencia energética de los procesos de producción, así como de los dispositivos de los usuarios finales, el crecimiento en las economías emergentes es tan intensivo en energía como se observó entre las naciones industrializadas hace cuatro décadas", informa el equipo.el estudio evita las limitaciones de las medidas tradicionales de producción y consumo agregados que ignoran los efectos de la actividad económica en las personas en cuyo nombre se dice que se maneja la macroeconomía.
"El presente estudio observa que la disponibilidad de electricidad juega un papel importante en el logro de resultados de desarrollo en algunos casos, mientras que los resultados de desarrollo, como los ingresos más altos, conducen a un mayor consumo de electricidad en otros", explica el equipo. Sugieren que siLa brecha entre producción y consumo puede reducirse mediante la gestión de las pérdidas técnicas y comerciales en la transmisión y distribución de manera más efectiva, los resultados de desarrollo humano podrían mejorarse para aquellas naciones donde se ve un impacto negativo en sus datos.
"Nuestro artículo lleva el argumento más allá para intentar establecer una relación causal entre el consumo de electricidad a través del IDH y la" satisfacción vital "entre los ciudadanos de los países analizados", explica Sunderasan.
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